Todos estaréis de acuerdo conmigo que en los últimos 3-5 años hemos pasado de estar conectados fluidamente a estar conectados analmente; nos llegan inputs por todos los agujeros de nuestro cuerpo.
No me voy a remontar a los principios de la historia cuando el hombre se comunicaba con el “tam tam” de los tambores, simplemente hace 25 años, solo un cuarto de siglo atrás.
Por aquella época, allá por el 1.995 supongamos, el que tenía un teléfono móvil era un privilegiado y la forma de trabajar era muy diferente.
Ya existía el correo electrónico pero también de forma diferente, te conectabas con tu modem de 28-56kbs, te bajabas el correo, desconectabas para no consumir tiempo, contestabas tranquilamente, sin prisa, con todo el sosiego del mundo, se ponía en la bandeja de salida y cuando volvías a conectar, por la tarde, o al día siguiente, el correo salía felizmente.
Ufff !!!! eso sí que era trabajar, si recibías una llamada en el teléfono fijo y no había nadie para contestar, no pasaba nada, no se acababa el mundo, te volvían a llamar y todo al día siguiente, o al otro. Podías tener contestador, eso ya era para gente con mucho volumen de llamadas, si eras una persona normal, no te hacía falta.
Yo tenía suerte de que por aquella época mi padre ya trabajaba desde casa, me anunciaba en el periódico El Trajín, para el que no lo conozca, el “mil anuncios” de ahora, pero de papel, salía todo los lunes y tenías que llamar el Jueves-Viernes anterior para renovar tus anuncios, que tiempos !!!!
Decía que tenía suerte porque las llamadas que recibía del Trajín, el 90% de ellas las atendía mi padre, eso era calidad, se tomaba nota del teléfono del interesado, del nombre, apellidos, población y si se ganaba la confianza le averiguaba un poco la vida, eso si que era un puro CRM. La gente llegaría a pensar; qué organización, qué seriedad, te atiende un señor muy educado y cordial y se la pasa a la persona interesada para que después me llame, jajajaja, si llegan a ver a mi padre sin peinar y sin afeitar y con el batín de estar por casa les hubiera cambiado el concepto, pero eso son las ventajas de la atención telefónica.
Cuando yo llegaba a casa de trabajar o de hacer alguna instalación por ahí mi padre me estaba esperando con más ilusión que un niño con una piruleta, me reportaba las llamadas que había tenido y me pasaba todo por escrito y me lo dejaba encima de mi mesa. Después yo, sin prisa, llamaba al día siguiente o incluso pasaban dos-tres días amigos, y la gente seguía esperando tu llamada.
El gran salto y el gran paso a la inmediatez la dió el teléfono móvil, te permitía recibir llamadas en cualquier parte que estuvieras, todavía recuerdo las primeras llamadas que atendía delante de gente, me ponía nervioso y me daba vergüenza que me vieran haciendo el “paripé” con ese aparato.
Pero si alguien tiene la culpa de fomentar la inmediatez fue indudablemente los dispositivos Black Berry, recibir correo de inmediato y contestar lo de inmediato desde el móvil y desde cualquier lugar donde estuvieras, estamos locos o qué? Os tengo que confesar que no fui de los primeros en utilizar este dispositivo, tardé en caer en sus garras, todavía defendía el método tradicional de ver el correo en el ordenador. Al final caí, no me pude resistir y os tengo que reconocer que era una pasada y que durante muchos años fui fiel a la marca y todavía me da pena que haya acabado engullida por los grandes de google-apple.
En qué punto estamos ahora? pues en el punto de la puta locura, y perdón por la palabra, yo actualmente trabajo delante del ordenador pero: con teléfono móvil, varias cuentas de correos electrónicos, whatsapp web, telegram web, facebook messenger y algo de slack. Tengo 6-7 canales de entrada de comunicación y sigo siendo el mismo, con dos ojos, dos orejas y una boca. Me tenéis que ver en acción, con los cascos del teléfono puesto, 3-4 correos abiertos para contestar, 40-50 solapas abiertas de Chrome, el whatsapp con 6-7 conversaciones abiertas, otras tantas en el telegram, jajaja soy el mismísimo Robocop!!!!
Os voy a detallar la secuencia que me imagino que a muchos de vosotros también os pasará y que describe totalmente el grado de inmediatez:
1.- Recibes un correo con una petición determinada.
2.- Si no contestas al correo en 3-5 minutos tienes un whatsapp de le persona que te ha mandado el correo.
3.- Si no contesta al whatsapp en 30-60sg recibes una llamada de la persona que te ha mandado el correo y el whatsapp.
4.- Si se te ocurre no contestar la llamada, cuando pasan 15-20 minutos y no sabe nada de ti, puede empezar a llamar a hospitales, emergencia y demás a ver que coño te ha pasado y por qué no le has contestado.
Esa es la realidad amigos, la inmediatez, el ya, ya y ya. No hay opción, la gente lo quiere para ya, en el momento, de inmediato, hemos perdido el arte del esperar, de marcar unos tiempos, organizarnos en bloques de tareas y prioridades, estamos siempre en modo “máxima prioridad” en que “lo último que entra es lo primero que se tiene que atender y encima te entra por varios sitios a la vez”.
Esto si lo transcribimos al terreno personal y familiar entonces ya es la leche, no se te ocurra dejar a tu mujer un mensaje sin contestar y que pasen 5 minutos o que tu hijo no te conteste un sábado por la tarde un whatsapp para saber dónde está o si está bien. Añoro aquellos tiempos felices en los que salías un Sábado por la tarde a las cinco de tu casa y volvías a las diez de la noche y no pasaba nada.
Por último tengo que hablar de los chavales de ahora, viven en la constante inmediatez; un vídeo de youtube? zas!!! lo tienen, una serie en netflix? zas!!! ahí va, tarda mucho en cargar una canción de spotify? no pasa nada, no se esperan, seleccionan otra y a tomar viento. Me aburre la plícula? la paso a velocidad x4 hasta que haya una secuencia que me guste.
Cuidado con esto amigos, no lo podemos permitir, hemos perdido el sentido de la espera, la virtud de la paciencia y se nos ha antepuesto el peligro de la inmediatez. Yo ya lo tengo asumido y con más de 45 años me intento cultivar en la no-inmediatez y más pausa y sosiego, a veces lo consigo.
Pero lo que me preocupa son nuestros chavales, tenemos que transmitirles e inculcarles que las prisas y el atolondramiento no son buenas amigas, un poquito de más espera y menos aceleración en las respuestas, vamos muy rápidos, “poquet a poquet” como se dice en mi amada tierra.
Mucha razón tienes amigo. Y esto irá a más en los próximos años. Pero hay una luz al final del tunel. Una esperanza y se llama IA. Si amigo mío. Inteligencia Artificial. Gracias a ella, en los próximos años, gran parte del tedioso trabajo que requiere contestación inmediata, y que hoy en día realizamos nosotros, lo realizará un avatar nuestro, liberándonos de una gran cantidad de morralla repetitiba. Yo contesto al día más de 100 correos y otros tantos o más whatsapps. Estoy seguro de que un algoritmo inteligente, que aprendiera de mi día a día me sería de gran ayuda y me permitiría, con calma y sosiego, concentrarme en los correos realmente importantes. ¿Que te parece la idea? ¿Nos ponemos a ello? Yo ya tengo el nombre: Asistente Personal con Inteligencia Artificial para la Gestión Eficiente de las Comunicaciones (A.P.I.A.G.E.C.).
Es una buena idea, además es una idea de presente y de futuro, no es nada fácil ponerla en marcha y lo primero de todo que deberíamos de rayar es su monetización. Venga un almuercito y pegamos los primeros rayajos 😉